martes, 28 de agosto de 2012

INTOLERANCIA CONTRA INVESTIGADORES DE LA UV Y EL COLEGIO DE VERACRUZ POR SUS CRÍTICAS FUNDAMENTADAS CONTRA EL GOBIERNO DEL ESTADO Y LA INSEGURIDAD PÚBLICA

LA JORNADA (VERACRUZ) Y AGENCIAS - LUNES, AGOSTO 27, 2012
CERO.

 El cero no es un número natural; es apenas el origen de la recta numérica, la que sirve para contar empezando por el uno. Como punto cero de este comentario, está que las universidades públicas deben estar abiertas a la discusión plural de la mayor cantidad de temas posibles con prioridad en los que directamente afectan a la sociedad circundante, más aún cuando los dueños del poder no quieren encarar ni propiciar esa discusión. Si no se está de acuerdo con este postulado básico, si se sigue pensando que las universidades públicas deben circunscribirse al entrenamiento profesional y a la alabanza al dirigente en turno, entonces no se está pensando en una universidad sino en una fábrica de técnicos adoctrinados.

UNO. Un señor británico de currículum más que respetable – George Philip– junto con la mexicana Susana Berruecos, compilan y publican este año un libro sobre la lucha de México por la seguridad pública (Mexico's struggle for public security: organized crime and state responses), que está teniendo un impacto relevante entre los estudiosos del tema. Dos instituciones de educación superior, la Universidad Veracruzana y el Colegio de Veracruz asumen como suya la obligación intelectual de presentar a la opinión pública veracruzana ese documento, más que oportuno en estos tiempos aciagos. Entre los integrantes de la UV mejor enterados para comentar el libro están –por orden alfabético– Alberto Olvera y Alfredo Zavaleta y Jorge Rebolledo por el Colegio. Se programa un acto académico –no un mitin político– para el 21 de agosto pasado, en el que a manera de conferencia Phillip presentara el contenido del libro y los tres universitarios locales agregaran comentarios.

DOS. Pero en algún lugar fuera de esas dos instituciones –la UV y el Colegio de Veracruz– alguien no concuerda con el punto cero de este comentario. Impedir que hable el profesor –Phillip –piensa ese alguien que no se sabe bien a bien quién es – sería un acto bochornoso, además de que era previsible que el británico se refiriera en su conferencia más a las políticas de orden federal que al ámbito estatal. No valía la pena meterse con él. Pero lo que sí consideraron imperante los disconformes con el punto cero, fue impedir que los comentaristas se ocuparan del contexto local evidenciando lo que de por sí es evidente: que la inseguridad en Veracruz va en aumento (según el Inegi se pasó de 461 homicidios registrados en 2010 a mil 5 en 2011).

TRES. Más o menos así se prefiguran los hechos del 21 de agosto. A invitación de ese alguien que niega el punto cero, asiste a la conferencia un grupo que no simpatiza con el doctor Alberto Olvera porque éste ha criticado reiteradamente al gobierno del estado. Antes de dejarlo opinar lo interpelan a gritos escudados en su supuesta libertad de expresión. Ese grupo y sus dirigentes se sienten con derecho a irrumpir y romper el formato de una discusión académica, cuando precisamente la formalidad de la discusión es la que permite la exposición ordenada de los diferentes puntos de vista. El hecho recuerda prácticas de la intolerancia de antaño, como cuando en los ochentas fue atacado en el Teatro del Estado el grupo teatral Cúcara Mácara.
En el colmo de la inocencia o la manipulación, una rijosa esa noche se dirigió a Olvera para reclamarle que haya sido becado –hace ya muchos años– para estudiar en el extranjero, lo que según ella inhabilita al investigador para ser crítico con las instituciones estatales (o algo así es lo que se trasluce de sus balbuceos incoherentes y sin sentido lógico).

No faltó un medio de comunicación que festinó los abucheos. Nada más contradictorio, pues los medios de comunicación deben ser los primeros en defender la máxima de que todos tenemos derecho a hablar y nadie tiene derecho a callar al adversario.

Esperemos que este hecho no pase de ser una contribución al anecdotario xalapeño y que la vida académica no sólo continúe, sino que se revitalice en todo el territorio veracruzano con discusiones efervescentes plenamente seguidas –pero no perseguidas– por gobiernos y sociedad. LA JORNADA (VERACRUZ).

No hay comentarios:

Publicar un comentario