El
histórico líder, antifranquista y pieza clave en la transición
democrática de España falleció a los 97 años en su domicilio de Madrid
tras haber sufrido un progresivo deterioro de su salud .
DE LUTO Fumador empedernido durante toda su vida, en los últimos
meses había sido hospitalizado en varias ocasiones por graves problemas
de riego sanguíneo. (Foto: Reuters )
Madrid | Martes 18 de septiembre de 2012 AP | El Universal13:15 Comenta la Nota
Santiago
Carrillo, histórico dirigente del comunismo español que vivió 38 años
en el exilio durante la dictadura de Francisco Franco y al que se
considera una figura clave en la transición democrática, murió el martes
en Madrid. Tenía 97 años.
Carrillo falleció en su domicilio de Madrid tras haber sufrido un progresivo deterioro de su estado de salud.
Fumador
empedernido durante toda su vida, en los últimos meses había sido
hospitalizado en varias ocasiones por graves problemas de riego
sanguíneo, según informó el Partido Comunista de España.
Revolucionario
casi desde la cuna, hijo de un militante socialista, Carrillo nació en
Gijón, al norte del país, en 1915. Entró a formar parte de las
Juventudes Socialistas en su adolescencia y llegó a ser secretario
general con 19 años.
Durante su juventud, trabajó como
periodista en el diario El Socialista, para el que firmó artículos como
cronista parlamentario desde la instauración de la II República en
España en 1931.
En 1934 fue encarcelado tras participar en una
revuelta de trabajadores en Gijón. En 1936, dejó el socialismo y se
enroló en las filas del Partido Comunista de España.
El
levantamiento de Franco contra el gobierno republicano el 18 de julio de
1936 sorprendió a Carrillo en París. Pero regresó rápidamente a España
para luchar en las filas del bando republicano.
Al comienzo del
conflicto, se produjo un episodio que le persiguió durante toda su vida,
pero en el que siempre negó haber participado. Entre 3 mil y 5 mil
prisioneros del bando franquista fueron fusilados en la localidad de
Paracuellos del Jarama, a las afueras de Madrid, cuando supuestamente
eran trasladados a la cárcel.
Carrillo ocupaba entonces el cargo
de Consejero de Orden Público en Madrid, pero siempre rechazó las
acusaciones de Franco y miembros de la extrema derecha, siempre negó
haber autorizado las ejecuciones.
En 1939, con la victoria de
Franco a punto de consumarse, Carrillo logró cruzar la frontera a
Francia, donde comenzó un período de casi 40 años de exilio.
En
1960 asumió a la secretaría general del Partido Comunista, sucediendo a
la histórica dirigente Dolores Ibarruri, conocida como "la Pasionaria".
Durante ese período, viajó a la Unión Soviética, Estados Unidos,
Argentina, México y Argelia promoviendo la resistencia armada contra el
régimen franquista.
Tras la muerte de Franco en 1975 y con
España iniciando la transición a la democracia, Carrillo regresó
clandestinamente al país, ocultando su verdadera identidad con una
peluca y una barba falsa, pero siempre pegado a su inseparable
cigarrillo. Fue detenido poco después y puesto en libertad en apenas 12
días.
Los historiadores consideran a Carrillo una figura clave
en esa época decisiva para España. Tras unas intensas negociaciones con
el entonces presidente del gobierno, Adolfo Suárez, el Partido Comunista
fue legalizado en 1977, y Carrillo aceptó la monarquía y al rey Juan
Carlos como jefe del Estado.
A partir de 1977, junto con el
comunista italiano Enrico Berlinguer y el francés Georges Marchais,
Carrillo fue una de las cabezas del Eurocomunismo, un movimiento de los
partidos comunistas de Europa occidental que buscó sustraerse en parte
al control del comunismo soviético.
Ese año apareció
"Eurocomunismo y estado" de Carrillo, en que definió las bases del
movimiento. Carrillo y el PCE concurrieron a las primeras elecciones
democráticas en 1977.
El líder comunista fue diputado en el
Parlamento hasta 1986.Se retiró de la política activa en 1991. Desde
entonces, colaboró con algunos medios de comunicación, pero la mayor
parte del tiempo estuvo retirado de la vida pública.
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