HÉCTOR ANATOLIO VIDAL - JUEVES, JUNIO 28, 2012. LA JORNADA (VERACRUZ).
"El
peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no
participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la
vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del
zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El
analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho
diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política
nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos
que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas
nacionales y multinacionales".
Bertolt Brecht
Un pueblo
tiene el gobierno que se merece o un pueblo está siempre encima de las
expectativas de su gobierno, ese es un gran dilema. En las democracias
modernas, la responsabilidad de la adecuada conducción de un Estado
corresponde tanto a gobierno y sociedad, los primeros tienen la batuta
de las instituciones de un país, los segundos de escoger bien a sus
gobernantes y verificar día a día que su gobierno cumpla cabalmente su
responsabilidad.
La retahíla de promesas que los candidatos a la
Presidencia de la República nos recetaron por 90 días, no son nada
nuevo, lo novedoso sería que cumplieran. La imagen de justos, honestos,
demócratas y todo lo virtuoso que se puede hallar en un ser humano, fue
la constante durante las campañas, lo increíble sería que así se
condujeran una vez ganada la elección.
Candidatos y candidata se
dieron gusto con discursos henchidos de retórica, una enorme cantidad de
lodo, nuevas y exquisitas formas de seducir conciencias y hacer olvidar
el pasado, mítines, pifias, en fin, un abanico de aciertos y
barrabasadas, que demuestran que el show llamado política necesita una
renovación urgente, la tragicomedia mexicana no da para más.
Lo
interesante sería que el 1º de julio la sociedad venciera el
abstencionismo, el desánimo, desinformación y hasta el miedo al cambio, y
que elegido nuevo gobernante, con la misma responsabilidad se exija
cuentas durante su mandato, ¿en qué te gastas el dinero?, ¿dónde está
esa magna obra?, ¿qué haces para mejorar la educación?, ¿quién o quiénes
son los beneficiados por contratos de licitación o de obra pública?,
¿cuál es el sueldo que te asignaste y el de tus colaboradores?,
etcétera.
La democracia no se agota con ir a votar, la democracia
por sí sola no resuelve todos los problemas, es un puente para la
solución, pero necesita de personas valientes que crucen el puente y
llegar a determinado objetivo, definitivamente este 1º de julio está en
las manos del pueblo de México decidir su futuro.
Los que voten
irán a las urnas mareados de promesas y llenos de esperanzas, pero
también hartos de mentiras y simulación, hoy la pelota se encuentra en
la cancha del ciudadano, las elecciones que vienen serán las más
vigiladas de la historia y las más costosas, en otras palabras, si algo
sale mal, todos somos responsables, unos por tramposos y otros por
dejarnos trampear.
Nadie con plena conciencia ciudadana podrá
decir que vota porque le regalaron despensas, estufas, sombrillas,
planchas, tortas, gorras y todas las demás cosas que a la larga sabemos
que sale más caro el caldo que las albóndigas, los que votemos tenemos
la posibilidad de darle un giro al destino de la patria, México ya ha
pasado demasiadas tormentas, el barco necesita llegar a buen puerto para
las reparaciones necesarias y volver a perfilar el rumbo.
¡Todos
a votar el 1º de julio!, que las generaciones futuras digan de
nosotros: “aquel pueblo siempre estuvo por encima de las expectativas de
su gobierno”, que nuestros hijos nunca nos echen en cara la sentencia
lapidaria: un pueblo tiene el gobierno que se merece.
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