Con el “árbitro” electoral reducido a un mero ente legalista que
cuando no es omiso actúa con lentitud y autocomplacencia, el caso de la
escandalosa compra masiva de votos que se le atribuye al PRI mediante
las tiendas Soriana pone de nuevo en entredicho al IFE y la legitimidad
misma del proceso electivo nacional. La magnitud de lo que muestran las
numerosas evidencias no sólo concitó la impugnación lopezobradorista,
sino que incluso le devolvió la voz al presidente Felipe Calderón y a la
candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, quienes en un primer momento
validaron la elección del 1 de julio y el triunfo de Enrique Peña Nieto y
ahora denuncian la inequidad del proceso.
Por Rosalía Vergara (sinembargo.com). 08/Julio/2012.
El
coordinador de campaña de Andrés Manuel López Obrador, el senador
Ricardo Monreal, consideró los comicios del 1 de julio como “los más
sucios” de la historia electoral mexicana, y su calificación se halla
confirmada en la denuncia de la izquierda contra el candidato
presidencial priista Enrique Peña Nieto (EPN) por rebasar los gastos de
campaña; el escándalo de los 56 millones de pesos no pagados por el
equipo del mexiquense al Grupo Financiero Monex bajo el acuerdo de
posicionar su imagen; los convenios millonarios otorgados por
gobernadores priistas al Grupo Soriana para repartir miles de tarjetas
con el fin de comprar millones votos; la aportación de dinero de
particulares, y un paquete de 37 facturas y tres listados del Grupo
Financiero Monex por un monto de 240 millones de pesos, con el registro
de “recompensas corporativo carga de saldos prepago”.
Así terminó
la Operación maletas, como fue llamada la estrategia detallada por la
reportera Jesusa Cervantes, donde dio cuenta de estos tipos de
“promoción” del voto a favor de Enrique Peña Nieto.
La
triangulación de recursos estuvo en buena parte a cargo de empleados de
la educación y maestros, así como de militantes priistas, porque al PRI
le preocupaba el resultado de los comicios sobre todo en seis
entidades: Jalisco, Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco y el Distrito
Federal.
En entrevista con la revista Proceso, Monreal manifestó:
“El problema no está en el conteo de votos, sino en el compreo de
votos. Hubo una campaña sucia, no hubo equidad, no hubo profesionalismo,
no hubo objetividad del Instituto Federal Electoral. Fue incluso la más
sucia en la historia del país, pero, además, de un cinismo y de una
corrupción que quieren hacer parecer como normales o que aceptemos como
normales.
“Fueron tres operaciones: la de los 4 millones de
tarjetas Soriana prepagadas, la de Monex, y la alineación de las
encuestadoras para favorecer la imagen de Peña Nieto”, resaltó Monreal.
Expuso
que la elección del Estado de México realizada en enero de 2011 y en la
cual ganó el priista Eruviel Ávila pese a la comprobación de que fueron
rebasados topes de campaña mediante la entrega de la tarjeta llamada La
Efectiva, fue “el ensayo de la doble contabilidad de la campaña
electoral” de Enrique Peña Nieto.
En el caso de las
encuestadoras, el senador sostuvo que demostrarán la inducción del voto
mediante la difusión de sus encuestas, aunque casi todas fallaron en sus
predicciones aritméticas o porcentuales respecto a las preferencias
electorales para el priista sobre López Obrador.
VOTOS DE “A MIL” PESOS
A nivel social, precisó Monreal, es necesario reconocer que el PRI compró millones de votos porque mucha gente se los vendió.
Del
1 de julio a la fecha, a la casa de campaña de López Obrador o a las
oficinas de Monreal no han dejado de llegar las evidencias de la compra
de millones de votos para el candidato priista a la Presidencia.
Sin embargo, cuenta Monreal que lo más triste es que los denunciantes no
están arrepentidos por haber proporcionado los datos de sus
credenciales de elector ante la promesa de despensas o de más de mil
pesos para las tarjetas Soriana, sino muchas veces molestos por el pago
incumplido.
“Incluso le llegué a preguntar a un señor que llevó
tarjetas de Soriana por qué le prometieron mil 700 pesos y la tarjeta
sólo tenía cien, de modo que le debían mil 600. Cuando lo cuestioné
sobre si estaba arrepentido y si había votado por el priista, me dijo
que sólo quería que le pagaran porque sí votó por Peña Nieto, pues él sí
era un hombre de palabra.
“A cada persona le daban entre cuatro y
cinco tarjetas, y son miles. A diario nos están llegando miles.
Llevamos documentadas más de 20 mil tarjetas. Ya presentamos tres mil y
tantas al IFE, y las aportadas el jueves por López Obrador son más de 3
mil 700, pero que llegaron en sólo tres días. Entonces, no sólo son
corruptos sino cínicos”.
El equipo de campaña de la izquierda
detectó las mayores compras de votos en Veracruz y en el Estado de
México, entidad ésta donde se realizó la reunión con gobernadores
priistas y Peña Nieto para la cuota de votos por entidad.
“Sólo
en el Estado de México hemos calculado la entrega de un millón 800 mil
tarjetas, que el prepago variaba de mil 500 pesos, a 750, a 500 y hasta
100 pesos. Calculamos que sólo ahí se gastaron más de mil 500 millones
de pesos. Eso en Soriana, y nada más en el Estado de México, porque
también operaron en Michoacán, en Nuevo León, en Veracruz, con la misma
tienda.
“Ahora los delincuentes electorales no se esconden en la
noche para entregar dádivas. Lo hicieron a plena luz del día en tiendas
cuya complicidad es evidente”, agregó.
SORIANA Y EDOMEX
El
viernes 6 de junio, la periodista Carmen Aristegui dijo en su
noticiario de MVS Radio poseer documentos que vinculan a los
gobernadores del Estado de México, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa,
Guerrero, así como al municipio mexiquense de Metepec, con la
contratación de al menos 5 mil millones de pesos en paquetes de
despensas con la Organización Soriana entre 2009 y 2012, de los cuales
casi 4 mil millones fueron gastados por el gobierno mexiquense que
encabezaba Enrique Peña Nieto.
A su vez, la revista Proceso ha
confirmado que, en el caso del Edomex, el acuerdo con Soriana viene
desde la administración de Peña Nieto y formó parte de la estrategia de
recuperación electoral de su gobierno.
Tan sólo entre agosto de
2009 y enero de 2011, Soriana ganó seis contratos con la administración
de Peña Nieto para proveer despensas, paquetes nutricionales y desayunos
escolares por un monto de 2 mil 966 millones de pesos, sin contar el
IVA.
De los seis contratos, cinco fueron otorgados por el DIF
estatal y el otro fue por el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar
Social. Esta dependencia de la Secretaría del Desarrollo Social asignó
un contrato por 1 mil 295 millones de pesos en diciembre de 2009,
después de la elección federal de ese año.
El gobierno de Eruviel
Ávila –quien tomó posesión en septiembre de 2011– también firmó dos
contratos millonarios con Soriana, a través del mismo Consejo Estatal de
la Mujer y Bienestar Social. El 13 de abril de 2012, en plena campaña
electoral federal, se le asignó un primer contrato por 472 millones 866
mil pesos y luego otro por 123 millones 89 mil pesos para la entrega de
canastas alimentarias.
Las autoridades mexiquenses han negado
“categóricamente” que estas tarjetas Soriana hayan sido utilizadas “a
favor de partido político alguno”, pero los testimonios que se están
generando en los más de 36 establecimientos en los municipios conurbados
indican que el PRI mexiquense tiró la casa por la ventana y engañó a
miles de ciudadanos para obtener sus votos.
Las tarjetas más
comunes se llaman “Mi Ahorro”, que muchos rebautizaron como “Mi Voto.
Los más abusados acapararon entre 30 y 40 tarjetas con 100, 200, mil
500 y hasta 2 mil pesos.
La coacción del voto a través del
reparto de despensas se intensificó en el Estado de México desde la
elección federal de 2009, concurrente con los comicios para 125
presidentes municipales y 45 diputados locales.
En ese año, el
Presupuesto de Egresos del Estado de México dispuso para la Secretaría
de Desarrollo Social un presupuesto de 2 mil 220 millones 248 mil 522
pesos. De ese monto, el exdirigente estatal del PRD, Luis Sánchez,
calculó que mil 600 millones de pesos se presupuestaron para el reparto
de 3 millones de despensas.
“El gasto es totalmente
desproporcionado, si consideramos que el Programa de Apoyo al Gasto de
Inversión en Municipios tuvo sólo 1 mil 445 millones de pesos y era para
que 125 municipios realizaran obra pública”, afirmó Sánchez.
Sánchez
también recordó que en 2008 “prácticamente no hubo despensas ni
desayunos en los DIF municipales, preservando que se aplicaran los
recursos en el año electoral” de 2009.
Pero ahora, únicamente el
20 de junio de 2012, en el Centro Cívico de Río de la Luz, del municipio
de Ecatepec, el candidato priista a alcalde Pablo Bedolla tuvo una
reunión con mil ministros de distintas iglesias y cultos religiosos que
atienden a enfermos de esta demarcación. Les pidió su voto y su apoyo
para los comicios del 1 de julio. Se rifaron dos computadoras y dos
televisores de plasma entre los asistentes, algunos de ellos enfermos.
Al
final del evento, Bedolla y sus acompañantes Isidro Moreno y Alfredo
Torres repartieron tarjetas Soriana con mil pesos cada una para los
ministros y de 500 pesos para los enfermos. De acuerdo con uno de los
asistentes, que dio su testimonio a Proceso pidiendo mantener en reserva
su nombre, calcula que cada uno de los mil ministros tiene a su cargo a
cinco enfermos. Es decir, se repartieron unas 6 mil tarjetas en ese
evento.
No resulta fortuito que esto haya ocurrido en este
municipio conurbado al Distrito Federal. En Ecatepec, el municipio más
poblado del país y recuperado por el PRI en 2009, el exalcalde priista y
actual mandatario estatal Eruviel Ávila inició el proceso de reparto de tarjetas de despensa para inducir el voto. Entonces eran llamadas “Las Efectivas”.
La
Organización Soriana fue fundada en 1968 por la familia Martín Bringas,
empresarios coahuilenses que pusieron su primera tienda en Torreón. Sus
primeros establecimientos de expansión se inauguraron en Durango y
Monterrey en 1974. En el 86, Soriana llegó a Reynosa, Tamaulipas. Desde
el 87 cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). En 2008 se alió a
Comercial Mexicana y Gigante para competir con Walmart.
Uno de
sus principales “atractivos” es la promoción permanente con “Tarjetas
del A-Precio”, en las que se reúnen puntos con cada compra para obtener
descuentos, productos gratis o “dinero electrónico”. Además, opera un
centro de maquilado en frutas y verduras denominado Ampuero, que exporta
productos a Estados Unidos. Es dirigido por Ricardo Mota Calixto.
“Ahora
–comentó Monreal– han modificado su operación. Actualmente, en lugar de
dar una despensa, dan una tarjeta prepagada, y así operaron en todo el
país. Soriana, yo creo, tiene hasta problemas de evasión de impuestos.
Hay pruebas de que en todos los estados priistas no licitan programas,
asignan directo, y cuando licitan hacen tan difícil las bases que sólo
Soriana puede participar.”
El senador advirtió que este asunto es
un escándalo en Alemania, Francia, España, Japón, Estados Unidos, y que
“aquí no pasa nada”.
Dijo que los priistas y los medios de
comunicación afines piden a la izquierda reconocer los resultados,
aunque estén plagados de irregularidades. Pero los izquierdistas
agotarán las instancias legales para demostrar la millonaria compra de
votos.
Aunque esto último no es causal de anulación de unos
comicios, sí lo es el rebase de los gastos de campaña de cualquier
candidato, indicó.
EL CASO MONEXGATE
La izquierda puso
también en la mira al Grupo Financiero Monex después de la denuncia que
José Luis Ponce Aquino, propietario de Frontera Televisión Network,
presentó contra priistas cercanos a Peña Nieto en una Corte de
California, Estados Unidos, por utilizar la forma de un contrato para
obtener 56 millones de dólares de “procedencia desconocida” y que fueron
depositados en Banco Monex.
Ponce Aquino los acusó de
incumplimiento de contrato, de conspiración y fraude argumentando que su
compañía firmó un contrato para obtener 56 millones de dólares en la
promoción de la imagen de Peña Nieto en Estados Unidos.
A esto se
sumó, explicó Monreal, la operación que triangula los recursos para la
compra de votos. Dijo que recibió 42 facturas de manera anónima que
demuestran transferencias millonarias entre mayo y junio, en plena
campaña electoral, a través de Grupo Comercial Inizzio, S.A. de C.V., e
Importadora y Comercializadora Efra, S.A. de C.V. Éstas, insistió, se
usaron para comprar el voto de los ciudadanos mediante las tarjetas
Soriana y las telefónicas con la imagen del priista en la carátula.
Ese
dinero, de acuerdo con Monreal, es presentado como dinero de
particulares que pueden aportar a la campaña, en una cifra que no debe
rebasar los 1.6 millones de pesos por persona, hasta 32 millones, según
la ley electoral.
Pero, según Monreal, el Banco Monex trianguló
recursos por más de 240 millones de pesos, de “procedencia desconocida”,
a las empresas Grupo Comercial Inizzio e Importadora y Comercializadora
Efra con el supuesto propósito de realizar “recompensas corporativo
carga de saldos prepago” –sea lo que eso signifique–, aunque conforme al
senador fueron usados para las tarjetas de prepago y las telefónicas
con el rostro de Peña Nieto en la carátula.
El último 4 de julio,
la columna Capitanes del diario Reforma publicó que Monex decidió
invertir en la compra de la empresa francesa Schneider, que “básicamente
se especializa en transferir dinero de una compañía a otra, en
distintas monedas. Ahora, esta subsidaria será llamada Monex Europe”. La
compra fue por 100 millones de dólares.
Otro escándalo donde se
vincula a Monex y al PRI es por la emisión de las tarjetas de débito que
supuestamente eran usadas para depositar el pago de los colaboradores
de Peña Nieto. Héctor Lagos Dondé, consejero presidente y director del
Grupo Financiero Monex, asegura que la emisión de dichas tarjetas fue
para una “empresa mercantil” de la cual no reveló el nombre cobijándose
en el famoso “secreto bancario”.
EL AVE FÉNIX COAHUILENSE
De
acuerdo con versiones periodísticas, el nombre de Tomás Yarrington, muy
cercano a Peña Nieto, resurge de sus cenizas como el vínculo entre el
PRI y Monex.
Tales versiones señalan que desde 2009 Monex es
investigado por autoridades mexicanas y gringas por sus presuntos
vínculos en operaciones de procedencia ilícita. Afirman que en la
Procuraduría General de la República (PGR) hay registradas cuatro
averiguaciones previas por presuntamente mover capitales de dudosa
procedencia.
“Entre estas averiguaciones se encuentran los casos
de lavado de dinero de los exgobernadores de Tamaulipas, Tomás
Yarrington Ruvalcaba, y Eugenio Hernández Flores, en las que se
detectaron por lo menos 18 operaciones bajo sospecha, además de la
reciente acusación de compra de votos a favor de Peña Nieto, con
recursos ‘paralelos’ a la campaña electoral”, se publica en el periódico
24 Horas, en su edición del viernes 6.
Aunque advierte que en
estos ilícitos la relación de Monex es indirecta, sí refiere que el
Grupo Financiero es la herramienta preferida por los “sospechosos” para
realizar sus actividades ilícitas.
Según ese diario, uno de los
casos está radicado en el expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/012/2009 en
México, el cual en Estados Unidos fue consignado en el expediente
B-12-435, sobre lavado de dinero de parte de ambos exmandatarios
coahuilenses. Su forma de operar era solicitar a instituciones bancarias
créditos para adquirir inmuebles mediante empresas “fantasma” dejando
como garantía bienes en México.
Los créditos eran pagados con
dinero presuntamente procedente del narcotráfico. Aquí fue donde Monex
“trianguló” los recursos al traspasar el dinero de un banco a otro entre
2007 y 2009. De junio de 2008 a diciembre de 2009 se transfirieron 2
millones 700 mil dólares.
Monex está conformado por tres
entidades: Banco Monex, Monex Casa de Bolsa y Monex Operadora de Fondos.
Su labor es cambiar divisas, operar cuentas digitales, fondos de
inversión, mercado bursátil, fideicomisos, derivados, inversión
internacional, cartas de crédito y crédito con prenda bursátil. Se fundó
en 1985 y actualmente lo dirige Héctor Lagos Dondé. Tiene 42 oficinas
en México, una en Houston, Texas, y realiza transferencias de dinero a
nivel mundial.
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