jueves, 23 de mayo de 2013

FOCOS ROJOS EN MÉXICO


LEOPOLDO GAVITO NANSON - JUEVES, JULIO 19, 2012. LA JORNADA (VERACRUZ).


Justo dos semanas después del domingo electoral fue el aniversario luctuoso de Gustavo Díaz Ordaz. López Portillo, a la muerte de Francisco Franco, restableció las relaciones diplomáticas con España y mandó en 1977 a Díaz Ordaz como representante de su gobierno a España, luego de 40 años de franquismo. No había pasado una década del 68.

Al entrevistar al ex presidente, la prensa puso el interés en los acontecimientos del 68 antes que en su nombramiento. En esa ocasión, abril de 1977, Díaz Ordaz le contestó a un reportero: “No estoy de acuerdo con usted en que hay un país antes de Tlatelolco y otro país después de, ése es un incidente remoto... Va a España un mexicano limpio, que no tiene las manos manchadas de sangre... Pero de lo que estoy más orgulloso de esos seis años de mi gobierno es del año de 1968, porque me permitió servir y salvar al país, les guste o no les guste, con algo más que horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo, vida, integridad física, peligros, la vida de mi familia, mi honor y el paso de mi nombre a la historia. Todo se puso en la balanza, salimos adelante, y si no hubiera sido por eso, usted no tendría la oportunidad, muchachito, de estar aquí preguntando”.

Después de 12 años de fatalidad panista en el gobierno, los reflejos priístas renacen como fénix. Nunca murieron. Enrique Peña Nieto en ese memorable 10 de mayo de su visita a la Iberoamericana afirmaba respecto a Atenco que fue un hecho que “sin duda dejó muy en claro la firme determinación del gobierno de hacer respetar los derechos de la población del estado de México. Que cuando se vieron afectados por intereses particulares, tomé la decisión de emplear el uso (sic) de la fuerza pública... para restablecer el orden y la paz; y que en el tema lamentablemente hubo incidentes que fueron debidamente sancionados y que los responsables de los hechos fueron consignados ante el Poder Judicial. Pero, reitero, fue una acción determinada personalmente, que asumo personalmente, para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública”.

El ejercicio viene a cuento por un acontecimiento que involucra la libertad de expresión y periodística en los años por venir en caso que efectivamente Peña Nieto asumiera el poder. En febrero, frente a un foro estudiantil en León, el periodista Pedro Ferriz de Con, quien durante la campaña mostró siempre abierta simpatía por Josefina Vázquez Mota, externó sus opiniones sobre Enrique Peña Nieto. Es un ignorante, fue lo primero que dijo, luego que es un hombre que pertenece a un sistema acostumbrado a robar, sus colaboradores son multimillonarios que hicieron sus fortunas en el sistema político mexicano. Caracterizó a Peña Nieto como un “arrogante del sistema político surgido de Atlacomulco de donde han salido grandes sátrapas” para luego hacer referencia a una comida a donde también asistió Peña Nieto, quien llegó con un copete de Astroboy, dijo entre varias cosas más.
Al principiar esta semana a Pedro Ferriz le fueron cancelados sus contratos y programas noticiosos en Cadena Tres Noticias y su columna El búho no ha muerto, en el periódico Excélsior, no apareció. Dicho de otro modo, sus espacios periodísticos fueron cancelados en el llamado Grupo Imagen perteneciente al Grupo Empresarial Ángeles de Olegario Vázquez Raña.

Sin explicaciones oficiales de los porqués, hay quienes presumen presiones del PRI peñanietista. Desde luego es posible, pero no parecería prudente que el equipo de candidato, cuestionado como lo está, escogiera de botepronto el camino de la censura antes siquiera de haber sido declarado candidato electo. Aunque la apurada reunión del martes con Felipe Calderón en Los Pinos no necesariamente sugiere prudencia.

Sin mayores datos, a ojo de buen cubero, parece más verosímil que hayan sido los Vázquez Raña como conspicuos personajes oligarcas de poder fáctico quienes prescindieran de Ferriz de Con por su posición y opiniones respecto a Peña Nieto.
No es menor el asunto. ECP no comparte en absoluto las opiniones ni la línea editorial de Ferriz de Con, pero es un periodista que expresa su opinión con claridad en ejercicio de su libertad, como fue el caso de su crítica a la falta de equidad en la elección y la compra de votos del PRI. La forma en que se suspendieron sus espacios sin mayor explicación sugiere censura. Es posible que el motor de la decisión haya surgido del equipo de Peña Nieto. O no. También es posible que el motivo sea la familia Vázquez Raña que, propiciatoria, descabeza a un crítico para agradar al priísta. Cualquiera que sea el caso el hecho es una mala señal para la libertad periodística y conviene estar muy atentos a los acontecimientos futuros. La maquinaria del sistema trabaja toda para validar a Peña Nieto como ganador, de ahí su reunión con Felipe Calderón, casi como si ya fuera presidente electo para, según se dijo, hablar del proceso de transición.

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