Jesús Víctor García Reyes/CECDMO*
Desde los tiempos antiguos, la represión al ciudadano, ha sido un arma de aniquilación de las libertades públicas. La represión, tradicionalmente ha sido usada por tiranos y dictadores, que han sentido amenazado su espacio de poder, de riqueza, influencia y control de las conciencias que se niegan a arrodillarse ante su ambición desmedida.
Desde hace unos años, digamos unos seis, tiempo en que asumió, por primera ocasión el poder municipal JM10, el uso desmedido de la fuerza bruta ha sido símbolo de referencia de este personaje de la política municipal.
El uso constante de la violencia ha ido creciendo de forma gradual, afectando todos los niveles de la escala social, siendo la clase media, los trabajadores, los pobres y marginados de barrios y colonias, sobre los que la represión se manifiesta frecuentemente.
Las policías y tránsito veracruzanos, han sido clasificadas cómo de las más agresivas del país. En su mayoría integradas por personas de muy bajos niveles de educación, muchos de ellos reclutados de grupos delictivos, son la mayoría de ellos comandados por jefes que, por ley, se sujetan al mandato de políticos, la mayoría de ellos, cómo JM10 en Orizaba, que nunca tuvieron ninguna formación en materia de GESTIÓN MUNICIPAL ni de lo que significa y es la ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
Su actuar en este terreno deja mucho que desear. Es un analfabeto en materia de políticas públicas. Nada sabe de derechos humanos, de negociación social, de cabildeo.
Creé que está en una de sus empresas. Acostumbrado, cómo mal patrón a gritarle a sus empleados delante de los clientes, avergonzarlos, humillarlos, sabiendo que tienen que aguantarse por el mísero salario que les llega a pagar. Salarios de hambre siempre les ha pagado a sus trabajadores, con excepción del círculo dorado de su gente de confianza.
Con explotación y represión practicada desde hace muchos años, JM10, ha amasado inmensa fortuna que ahora, la suma a la de un grupo de privilegiados millonarios (unos 15) con los cuáles hace grandes negocios al amparo del poder público municipal. Él sabe sólo de represión y más represión, su único criterio para doblegar voluntades violando garantías constitucionales y, por supuesto los más elementales derechos humanos.
En Orizaba nadie está a salvo de la represión policial al mando de JM10 y su grupo de incondicionales a sueldo. Se ha reprimido a universitarios, maestros normalistas, indígenas, vendedores ambulantes, periodistas y reporteros gráficos, se han allanado espacios de periódicos que denuncian sus atrocidades diarias, estudiantes, amas de casa, choferes, albañiles, taxistas, obreros y campesinos del municipio. Todo ello con el viejo argumento FACISTA, FRANQUISTA, de “todo esto lo hacemos para que se cumpla la ley”. Cómo ven paisanos de Orizaba, los CONSERVADORES JAMÁS SE HAN IDO DEL PODER MUNICIPAL. SALUDOS AFECTUOSOS.
*Coordinador del Centro de Estudios Ciudadanos y del Desarrollo Municipal de Orizaba.
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