jueves, 16 de febrero de 2012

EVALUANDO TALLERES DE INVESTIGACIÓN EN POSGRADOS MEXICANOS.


 “La mejor promoción para un posgrado universitario debe ser su elevado índice de graduados con proyectos de calidad, liderazgo y humanismo”

Jesús Víctor García Reyes* CECDMO**

La realización de talleres de investigación en México, está siendo, cada vez más, una necesidad URGENTE ante el bajísimo índice de EFICIENCIA TERMINAL en los estudios de posgrado (obtención del grado académico de maestría), en gran cantidad de universitarios en el país. Son infinidad de universidades (privadas y públicas), que se enfrentan día a día ha esta situación académica que cada vez se torna PROBLEMÁTICA de resolver con criterios tradicionales.

El ingreso a los estudios de posgrado, ha crecido en México, los últimos 10 años en una proporción acelerada respecto a los niveles de terminación de los mismos. De cada 100 estudiantes de posgrado que se inscriben en alguna especialidad, 10 son los que logran obtener (en promedio) su grado académico (ANUIES: 2010) y así concluir sus estudios iniciados. Estudiar un posgrado, implica INVERSIÓN de tiempo, dinero y esfuerzo humano. Un posgrado para que tenga sentido cursarlo, debe en principio, tener objetivos y contenidos temáticos atractivos y ACTUALIZADOS para quienes han de asumir el COMPROMISO de estudiar, comprender y realizar los ejercicios diversos para la obtención del conocimiento visualizado en su planeación.

Las METODOLOGÍAS, en los posgrados universitarios, deberían ser los EJES conductores de TODO el proceso de enseñanza – aprendizaje. Los posgrados que NO privilegian el estudio riguroso y sistemático de los enfoques epistemológicos, metodológicos, lógicos y éticos están anticipadamente orientados al FRACASO PEDAGÓGICO. No se debe diseñar un programa de posgrado (de cualquier área del saber), como un aglomerado de materias más o menos relacionadas entre sí. Materias que se pueden impartir, unas antes y otras después, sin ton ni son, afectando el contenido del que cursa una maestría. Si esto se hace, ENTURBÍAN el proceso de ASIMILACIÓN del conocimiento, el cual debe irse COMUNICANDO con orden, organización, profundidad y sobre todo RESPONSABILIDAD del que lo imparte.

Los TALLERES DE TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN (TTI), como otros espacios para generar conocimiento, presentan una serie de ventajas y desventajas. Entre las primeras, estaría el integrar un grupo heterogéneo para orientarlo académicamente y buscar tener un “equipo de investigación” más o menos homogéneo, que concluya sus proyectos con alto grado de racionalidad metodológica y utilidad práctica.
Esto se escribe fácil, pero es sumamente difícil (desventaja) de lograrlo en la práctica académica. Para obtener resultados cercanos a un punto óptimo de 80 / 85 % se requiere de MUCHO trabajo teórico (lecturas programadas, ejercicios dirigidos a la resolución de problemáticas específicas, conversaciones grupales, diagramas de investigación, diseño de matrices de congruencia, ejercicios prácticos con enfoques metodológicos actualizados, revisión de fuentes de información y documentación pertinentes, desarrollar cultura por la investigación, paciencia, humildad, disciplina, tolerancia, respeto mutuo, razonamiento lógico matemático, abstracción/concreción, etc.). Todo ello, en la perspectiva de DOTAR de los instrumentos básicos a los integrantes de un T. T. I. El principal freno que se descubre en un taller, es la falta de LECTURAS PREVIAS sobre metodología para la investigación. La ausencia de ANTEPROYECTOS es el punto que dificulta, paraliza, el avance de un taller de este tipo. Los educandos NO deben llegar a talleres de investigación sin la preparación mínima para integrarse en NÚCLEOS DE ESTUDIO INTENSIVO, tal cual debe ser el posgrado.

Son responsables directos los profesores de cursos de metodología anteriores al taller. La impartición de un buen curso de metodología básico (M1; M2;), facilitaría al alumno el DISEÑO elemental de su ANTEPROYECTO de investigación. Se trata, a la vez que se enseña la teoría (hipótesis, variables, planteamientos cuantitativos, cualitativos o mixtos, etc.), se estaría retomando el “anteproyecto real” tal como puede encaminarse en términos de veracidad, pertinencia y congruencia lógica. Es decir, articular lo CONCEPTUAL y lo PRÁCTICO de la investigación. Esta parte, que antecede los cursos avanzados de metodología (M3 y Talleres) en proyectos de investigación concretos, es la parte que nos hace “COJEAR” a los profesores de cursos de metodología en las universidades mexicanas. Es la parte que se debe ATENDER con mayor PRIORIDAD por los rectores y directores de posgrado e investigación.

Un poco de historia de la CIENCIA en México NO les caería nada mal a nuestros posgraduados. Urgen temas de análisis sobre los “enfoques metodológicos en materia de investigación aplicada”. Nadie sabe, o por lo menos recuerda que es un enfoque (de abordaje investigativo) sistémico, dialéctico, estructural/funcionalista, positivista, weberiano, etc. Los estudiantes se preguntan: ¿para que todo eso?, si lo ÚNICO que me interesa es GRADUARME. Imagínense un posgraduado (graduado) sin NOCIÓN, siquiera elemental, de los enfoques metodológicos universales. Sería el COLMO de nuestra educación universitaria mexicana, por decir lo menos.

El tema por investigar de los graduados, tiene mucho que ver con las LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN que cada institución establezca y APLIQUE, en consenso con su planta de catedráticos agrupados en ACADÉMIAS que funcionen por lo menos una vez al MES; (fundamentalmente de metodología). Dos o tres líneas bien definidas, argumentadas y con respaldo bibliográfico, evitan el problema de los “proyectos locos o sin sentido” ó los “caprichos sin sustento académico”, trabajados sin referencias probadas. Estos son puntos CLAVE que permanentemente se tienen que EVALUAR en los cursos de metodología y los TALLERES DE INVESTIGACIÓN aplicada.

Todas las materias que integran un programa de posgrado deberán vincularse “realmente” al OBJETIVO GENERAL del posgrado específico, cohesionadas por las “materias metodológicas”, que deberán estar al pendiente para que las “otras” materias no se vayan por su “rumbo” y las metodológicas por el suyo. Esta es la parte FINA de los posgrados, cuestión que FALLA mucho en las universidades mexicanas. Es la parte que tiene que CUIDARSE con mucha precisión para poder aplicar los CORRECTIVOS a tiempo y evitar posibles fracasos académicos y frustraciones en los estudiantes. La burocratización del “conocimiento” por los profesores renuentes ha actualizarse, es otro punto que tiene que considerarse al EVALUAR los posgrados tradicionales. La ACTUALIZACIÓN de la planta docente debe, sugieren los expertos del IPN, UPN y la UNAM (2011), realizarse SEMESTRALMENTE, principalmente en técnica didáctica, metodológica y temática; por ello se hacen necesarios los profesores de TIEMPO COMPLETO (por lo menos uno por cada posgrado que se imparta en una universidad o institución de educación superior).

Por otra parte NO se debe tolerar (en estudiantes y profesores) la inconsistencia en lecturas especializadas acordes a los temas / problemas materia de investigación. Quién NO tenga tiempo de LEER mejor que NO se inscriba en un posgrado; mejor que NO imparta clase en una maestría. La ACTUALIZACIÓN permanente (cursos, lecturas críticas, artículos producidos, etc.) deberá ser punto clave ha considerar en toda EVALUACIÓN de los profesores de este nivel de estudio. Someter a entrenamiento INTENSIVO, ha todo aquel que desee ser catedrático de posgrado debe ser una PRIORIDAD INSTITUCIONAL.
El uso de la BIBLIOTECA es VITAL en este nivel de estudios. Las fichas, la consulta en revistas especializadas (nacionales e internacionales), el uso de periódicos, archivos, documentos oficiales, legislación, tesis, tesinas, otros proyectos, etc., deberá observarse en toda EVALUACIÓN de talleres de investigación universitarios. En los talleres de trabajos de investigación (lo escribimos antes), generalmente NO se alcanza un 100% de cumplimiento, cuando más un 80 / 85% de logros. Esto por razones varias: la salud del estudiante, falta de lecturas previas, interés por el tema, la CALIDAD en la conducción del taller, la pertinencia de los objetivos de cada investigación, la motivación, la retroalimentación, los recursos técnicos, etc., entre los factores más comunes ha considerar en el diseño de talleres para posgraduados.
La PROFESIONALIZACIÓN de los talleres, solo se logra con TODO el APOYO de las autoridades CENTRALES universitarias (rectorías, direcciones, secretarías, coordinaciones); sin ello los talleres se vuelven una excelente “VACILADA”, donde todos hacen lo que quieren, como pueden y quien sabe ¿para qué servirán? sus trabajos realizados (si es que, alguna vez logran concluirlos). Todos los trabajos de los graduados deberán ser EMPASTADOS y colocados en una sección ESPECIAL de la BIBLIOTECA, para consulta de la misma comunidad académica, lo cual obligará cada día ha realizar proyectos de MEJOR CALIDAD. Las universidades de nuestro tiempo, más que enorgullecerse con matrículas “abultadas”, deberán redoblar esfuerzos para lograr EFICIENCIA TERMINAL con calidad académica y humana, que se oriente a la RESOLUCIÓN de PROBLEMÁTICAS concretas regionales, sectoriales y municipales. Esta es la tendencia MUNDIAL. Tenemos que actualizar, a tiempo, los POSGRADOS TRADICIONALES y orientarlos a POSGRADOS DE EXCELENCIA (TIPO CONACYT) sean para formar PROFESIONALES PRÁCTICOS o también, ¿porqué no?, INVESTIGADORES DE CARRERA, la carencia más grande que tiene México.

*Catedrático e investigador universitario. Ha publicado 56 artículos de su especialidad en revistas arbitradas nacionales y 16 internacionales. Autor de 2 libros relacionados con problemática educativa, política, economía y sociedad. ** Coordinador del Centro de Estudios Ciudadanos y del Desarrollo Municipal de Orizaba (CECDMO).

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